En América Latina, como en el resto del planeta, las cooperativas tienen un entorno financiero cada vez más dinámico y competitivo, las cooperativas de ahorro y préstamo enfrentan desafíos complejos.
No solo deben mantener su misión de servir a sus miembros, es decir hacer palpables sus beneficios sociales, sino también asegurar su viabilidad y crecimiento sostenible a largo plazo.
Para lograrlo, es fundamental que estas instituciones alineen su estrategia a largo plazo con sus tácticas operativas diarias y que cuenten con un plan operativo robusto y bien estructurado para 2025. La integración de estos elementos garantiza que cada acción tomada esté en sintonía con los objetivos estratégicos de la cooperativa, maximizando tanto su eficiencia como su impacto social; esto se dice fácil, sin embargo, para muchas cooperativas es algo que tiende a complicarse.
Analicemos con más detalle este importante asunto
La brecha entre estrategia y táctica: Un riesgo operativo
En muchas cooperativas, la falta de alineación entre las decisiones estratégicas y las acciones tácticas puede llevar a una desconexión que afecta tanto la eficiencia como la capacidad de adaptarse a cambios en el entorno. Mientras que la estrategia define la visión y los objetivos a largo plazo, la táctica trata de la implementación de acciones concretas en el corto plazo.
Un ejemplo común de esta desconexión es la falta de priorización de los recursos. Si una cooperativa define como objetivo estratégico aumentar su base de socios mediante la inclusión financiera de mujeres y jóvenes, pero sus tácticas diarias siguen orientadas solo a los productos tradicionales, es probable que no se logren los resultados esperados. Esta falta de alineación puede resultar en una pérdida de tiempo, recursos y oportunidades; situación muy común en la región donde la membresía tiende a envejecer. En realidad no estoy exagerando cuando afirmo que muchas cooperativas se están llenando de “viejitos”.
Beneficios de la alineación entre estrategia y táctica
Cuando una cooperativa logra alinear su estrategia con sus tácticas y procesos operativos, surgen varios beneficios clave:
- Ejecución eficiente: Las acciones diarias y los proyectos a corto plazo estarán directamente vinculados con los objetivos a largo plazo. Esto significa que cada esfuerzo tendrá un propósito claro y tangible dentro de la visión general de la cooperativa.
- Adaptación al cambio: Un plan operativo alineado permite que la cooperativa sea más ágil en responder a los cambios del entorno, como variaciones en la demanda de los miembros o cambios regulatorios. Esto es especialmente importante en tiempos de incertidumbre económica.
- Mejora en la toma de decisiones: Con KPIs claros y un enfoque táctico basado en la estrategia, las decisiones diarias estarán más fundamentadas en datos y objetivos claros, reduciendo la improvisación y el riesgo. Naturalmente que los KPI’s son la cuantificación de los OKR’s.
Plan Operativo 2025: La pieza clave para la integración
El plan operativo 2025 es el marco que permite a la cooperativa conectar su estrategia de crecimiento sostenible con las acciones tácticas necesarias para lograrlo. Un plan operativo integrado debe incluir:
- Proyecciones financieras: Basadas en diferentes escenarios (optimista, conservador, pesimista), para asegurar que los objetivos estratégicos sean alcanzables bajo diversas condiciones económicas.
- KPIs y objetivos medibles: Definir indicadores clave de rendimiento tanto financieros como operativos (margen de interés neto, morosidad, crecimiento de la base de socios) y sociales (inclusión financiera, impacto comunitario).
- Asignación de recursos: Alinear los recursos humanos, tecnológicos y financieros con las prioridades estratégicas de la cooperativa. Por ejemplo, invertir en tecnología para digitalizar procesos, mejorar productos o servicios y expandir la oferta.
- Calendario de ejecución: Establecer hitos clave a lo largo de 2025 para garantizar que las tácticas se implementen de manera oportuna y alineada con la estrategia.
La importancia de los procesos alineados
Para que un plan operativo sea efectivo, es crucial que los procesos internos de la cooperativa también estén alineados. Esto implica:
- Optimización de procesos: Automatización de tareas operativas, digitalización de la experiencia del socio, y eficiencia en la gestión de riesgos financieros.
- Coordinación interdepartamental: Asegurar que todos los equipos dentro de la cooperativa estén trabajando hacia los mismos objetivos, evitando silos operativos que ralentizan la ejecución.
- Capacitación continua: Invertir en la formación del personal para que estén capacitados para ejecutar las tácticas que impulsan la estrategia, especialmente en áreas clave como la gestión de riesgos, la atención al socio y la innovación en productos financieros.
La alineación entre la estrategia y la táctica, respaldada por un plan operativo integrado para 2025, es vital para que una cooperativa de ahorro y préstamo prospere en un entorno económico desafiante. Esta integración no solo optimiza el uso de los recursos, sino que también asegura que cada acción tomada esté orientada hacia el cumplimiento de los objetivos estratégicos de largo plazo, mejorando el servicio a los socios y generando un impacto positivo en la comunidad.
La alineación no solo debe responder a las necesidades particulares de las cooperativas, sino también a la aplicación del principio de integración, donde las cooperativas refuercen sus organismos gremiales, por ejemplo en Perú destacan las estrategias y acciones que está implementando la Central SOLIDEZ y la CONFENACOOP.
Las cooperativas tienen un enorme compromiso social y eso implica la necesidad de incrementar su nivel de eficiencia y productividad.
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